Antonio Vega, Presidente de CEAGA
12 febrero 2009

En el contexto de la crisis de 1929, Franklin D. Rossevelt acuñó la siguiente frase: “En la vida hay algo peor que el fracaso: el no haber intentado nada”. En un momento en el que todos los analistas comparan el actual escenario económico con aquel crack del 29, la reflexión del creador del New Deal cobra toda la vigencia. Y lo hace, como sucede siempre en estos casos, sobre la base del sentido común, la característica que nos define como especie y que nos dota de la capacidad para adaptarnos al entorno. Como cualquier otra capacidad, la del raciocinio es preciso ejercitarla para después sacarle el partido adecuado en el día a día. Creo que el sector de automoción de Galicia puede enorgullecerse de haber trabajado muy duro en la gestión de este sentido común durante los últimos años. Sobre la base de ese trabajo hemos creado un polo productivo de referencia tanto a nivel nacional como europeo. Y lo que es más importante, hemos sentado las bases para defender nuestro futuro en situaciones en las que, como la actual, las circunstancias vienen mal dadas. Como sucede con el sector en el ámbito mundial, la automoción gallega también se ve afectada por un mercado que evoluciona en clave recesiva en el contexto de una crisis económica mundial. Con todo, y a pesar de que esta repercusión es obvia, como sector tenemos la capacidad precisa para generar medidas que contribuyan a paliar los efectos que esta difícil situación puede generar en las empresas que conforman nuestro tejido productivo. Ahora bien, esta base de confianza no se sostiene sin compromiso. En el camino que de manera inmediata se nos abre en el horizonte, los empresarios, directivos y trabajadores del sector deben sentir que tanto la administración pública como las organizaciones sindicales interpretan la gravedad de la situación actual en todo su perímetro. El futuro del sector es cosa de todos y como tal, demanda un compromiso coherente y real con este interés común.